La actividad se llevó a cabo en este espacio, donde residen los usuarios de la entidad, que cuenta con atención médica y psicológica, además de un enfoque integral para ayudar a los residentes en su proceso de recuperación y reinserción social. A través de programas educativos y de empleo, se trabaja para que puedan construir un futuro estable y evitar que vuelvan a vivir en la calle.

Desde la entidad explican que “es imposible tener hábitos saludables en torno a la alimentación, la higiene y el descanso cuando una persona está viviendo en la calle. Esta realidad afecta de manera directa en la recuperación tras una enfermedad o intervención médica, el seguimiento de un tratamiento o en afrontar de manera digna el proceso de fin de la vida”.

Pese a las inclemencias del tiempo, los voluntarios pudieron realizar tareas de acondicionamiento de su jardín, arreglando vallas, plantando hierbas aromáticas y aireando la tierra del huerto para futuras plantaciones.

Además, pasaron la mañana con los residentes, charlando y conociéndose mejor, quienes les contaron cómo se organizan en estas viviendas y compartieron sus experiencias personales, reflexionando sobre cómo una oportunidad como esta puede cambiarte la vida.