¡Hola! Aquí estamos las cuatro, recopilando emociones, conversaciones y material de todo tipo. Ya os podéis hacer una idea. Al principio ni lo pensamos. Nos vamos a La India…y, además, a ayudar…pues, ¡perfecto! Pero entonces:
- Ah, ¿qué tenemos que vacunarnos de la hepatitis A, la B, la meningitis, el cólera, la fiebre tifoidea y la malaria?
- Ah, ¿qué tenemos que compartir habitación?
- Ah, ¿qué es temporada de monzones?
- Ah, ¿qué tenemos que impregnar la ropa con permi…que?..¿permitrina? (Sí, porque habrá muchos mosquitos)
- Pero….¿¿¿¿a dónde vamos???
CALMA, CALMA, CALMA. ¡Qué no cunda el pánico! Ese fue el mensaje que nos transmitieron Susana y Laia, de Responsabilidad Social Corporativa de Atremesmedia. Gracias a ellas ha sido todo tremendamente fácil. Y el mismo mensaje llegó poco después por parte de Ignacio Ciprés, para nosotros el joven Nacho, el particular sherpa de la Ong Cooperación Internacional que comanda esta expedición, en la que no estaremos solas. Viajamos con otras trece valientes de Zaragoza que ya colaboraban con esta ONG y que nos consta que también empujarán del carro.
- “Pero hija mía, ¡¿qué se te ha perdido a ti en La India?!”, se escuchó en la casa de alguna de nosotras cuando comentamos que íbamos a dedicar nuestras vacaciones a formar parte de este proyecto.
¿Que qué se nos ha perdido? Nada. No vamos con la intención de encontrar nada, sino de aportar un poco de esperanza y nuestro granito de arena, un paso más en la labor que vienen haciendo otros voluntarios en el slum “Baiganwadi”, una especie de suburbio de los más grandes de Asia, donde arrecian las carencias de todo tipo, y en el que hace unos años el Atlético de Madrid montó una escuela de fútbol como alternativa de ocio y tiempo libre para niños y niñas en situación de exclusión social. Ahora, una ONG local, LOK SEVA SANGAAM, imparte allí cursos de inglés y necesitan profesores de apoyo durante el verano, con un objetivo: contribuir al desarrollo social de estos menores porque, si no saben inglés, ni siquiera podrán ir a la escuela, lo que le ocasiona una exclusión añadida.
- “Mamá, cada minuto que estos niños pasan en un aula, es un minuto menos de exposición a las mafias que trafican con gente”, se escuchó como respuesta en aquella casa de una de nosotras.
Esencialmente, lo que haremos en nuestra estancia en Bombay, será apoyar a las voluntarias que están dando clase a estos niños. Clases de inglés que, por elemental que sea, quizá les ayude, a ellos y a sus familias, a salir de la miseria. Sabemos que sólo con nuestro trabajo no bastará, que tendrán que venir otros detrás que continúen la tarea como nosotros estamos perpetuando el trabajo de otros que lo hicieron primero, pero nuestro objetivo no es dejar huella, sino poner una baldosa más en el camino hacia el desarrollo personal de estos pequeños. A partir de ahí, todo lo que podamos construir, ¡bienvenido sea!
- “Y vosotras, hija mía, ¿qué ganáis con todo esto?”
Por lo pronto, ganamos la satisfacción de poder revertir a la sociedad un poquito de todo lo que la vida nos ha dado… aunque esto no va de dar lo que a uno le sobra, que eso, como dice una canción, sería dar limosna. Va de implicarse un poco en un lugar donde hacen falta un montón de manos. Aquí van las nuestras. Ocho manos que durante los fines de semana, como no hay clases, pondremos a disposición de las misioneras de la Madre Teresa de Calcuta, para asistir a las personas con discapacidad y con otras dificultades a las que ellas atienden en sus centros, y lo que haga falta.
Después de hacer inventario y acopio mental y material, surge una última pregunta.
- ¿De verdad estamos preparadas?
Nos están llegando en estos días fotos y mensajes de otro grupo que ya está en Bombay. Una de las imágenes muestra a una niña jugando al fútbol, y al pie, se lee: “Aquí os esperan con los brazos y el corazón abierto de par en par”. En otra foto se ve a una niña muy pequeña con una mirada que conmueve el alma. No hay pie de foto, pero no hace falta.
Sin duda, estamos preparadas. Y somos conscientes de cuál es nuestra misión. Llevamos ilusión, ganas de ayudar y… ya sí, mucha calma, después de que nuestro particular sherpa (el joven Nacho) nos perfilara hace unos días lo que nos vamos a encontrar y el trabajo que tendremos que llevar a cabo en el terreno, y nos diera unas cuantas indicaciones básicas. Con todos estos mimbres, compondremos el cesto que iremos llenando de vivencias. No está todo escrito, pero lo iremos escribiendo y queremos compartirlo con vosotros. ¿Nos acompañáis?
P.D.: Estamos también en Instagram (@voluntariosatresmedia)