Una de las cosas que nos ha llamado la atención muy gratamente del trabajo del CEMSE en las distintas Unidades Educativas (colegios) que estamos visitando es la presencia de unos buzones color naranja colocados generalmente en la entrada del colegio.
Estos buzones tienen la función de ser confidentes de cualquier situación de violencia que un alumno esté sufriendo. El funcionamiento es muy sencillo. Si una alumna o alumno ha sufrido o está sufriendo una situación de violencia de cualquier tipo (bullying escolar, violencia doméstica, violencia sexual…) puede escribirlo en un papel y depositarlo en ese buzón.
De igual manera uno puede escribir contando un caso ajeno.
Cada dos semanas el buzón será abierto y examinado por una persona formada en la rama de la psicología escolar que tratará individualmente y con absoluta confidencialidad el caso.
Esta iniciativa se engloba en todo un plan para frenar la violencia en un país donde los índices son muy elevados. Muchos chavales nos han hablado de la violencia de género tan normalizada que se vive en los hogares de muchos de sus compañeros de colegio y cómo la concepción machista de “es mi mujer y hago lo que quiero” o “es mi marido puede hacerme lo que quiera” sigue vigente.
Es normal además ver murales pintados en las paredes de los colegios alertando de riesgos como el robo de niños si estos caminan solos de vuelta a casa. Y presenciamos además la proyección de un cortometraje hecho por alumnos mayores en el que se trataba el tema del tráfico de órganos, donde la protagonista era raptada por dos personas que se acercaron a ella para ofrecerle trabajo y acabaron quitándole los órganos vitales y metiendo sus restos en una bolsa de basura.
Es estremecedor que el tráfico de órganos sea una realidad que ven hasta cierto punto tan ‘común’ (se calculan unos 700-800 casos al año) que forme parte de un trabajo escolar de realización de cortometrajes.
La lucha contra la violencia en los colegios está más activa que nunca y así lo plasma un enorme cartel que nos recibe la mayoría de las Unidades Educativas. “Aquí se está construyendo una comunidad libre de violencia” dice.
Toda una declaración de intenciones.