No quiero que termine la aventura. Me llevo el aprendizaje de haber estado con los niños y su espontaneidad. Porque ellos son capaces de poner corazón y alma en todo en lo que hacen, construyen sus amistades sin prejuicios, son inocentes y se sorprenden con las pequeñas cosas. No entienden el sentido del ridículo y, sobre todo, son sinceros. He exprimido cada segundo compartido con ellos. He sentido. Y la vida es sentir. He sentido intensidad, emoción, amor. He sentido y he vivido una gran lección.
Después de mi paso por Bolivia tengo claro que estoy viva, que aquí he vivido y que esto no es ni el principio ni el fin de nada sino una transformación. Bolivia, Kilómetro cero.
Uno de los grupos con los que he trabajado está formado por niños que después de clases van a refuerzo de lectura. ConJavi, les presentamos un proyecto para formar un club de lectura. Ellos lo han llamado 'El club de los sueños'. Están divididos por edades y sentados en círculo. Cada grupo por edad tiene un nombre elegido por ellos y leen el mismo libro. Es la primera vez que todos pueden tener un mismo libro de lectura y discutirlo o hablar sobre él con sus compañeros. Y, sobre todo libros adaptados a su edad. Primero leen en silencio y entre ellos aclaran dudas, palabras nuevas, etc. Leer es vivir otras vidas. Y yo he vivido una vida con ellos. Bolivia, kilómetro cero.
Después de esta experiencia, sólo puedo agradecer. A todos los que han sido parte de mi selección en hacer este proyecto. A todos los que me animaron y dieron el empujón y a los que me acompañan en la distancia. No estoy sola. También a los que nos apoyan aquí en Sucre. Son tan amables, sonrientes y atentos…
Han sido unos días muy intensos. Quisiera ordenarlo todo bien para que me podáis comprender, para trasladaros siquiera una pizca de mi corazón tocado.
Soy psicóloga. Y esto de alguna forma me da una ventaja. Muchas personas me abren su corazón. Pienso ahora en la persona que nos sirve los desayunos en el hotel, los profesores, los niños con dificultades de aprendizaje, la organización ,cada persona que me ha pedido una opinión contándome su situación … y no es fácil. Quiero ayudar, tengo expectativas y emociones pero mi aprendizaje aquí ha sido esperar lo inesperado. Ninguna de mis expectativas se ha cumplido, todas han sido superadas. La vida sólo es vida si te supera.
El país
Bolivia es Los Andes. Montañas y alturas constantes. La belleza callada de la tierra en Bolivia saca pecho. El paisaje me deja sin aliento. En Bolivia la tierra es madre y la madre acoge. El color es antiguo. Los coches, la moda. Población indígena integrada con población más moderna que no lo es. Los bolivianos son amables, humildes, tímidos y con paso lento en la vida. Todo se retrasa, nada se adelanta. El tiempo no existe. Todo es presente. No hay prisas. No hay sobresaltos. Carácter moldeable, donde repiten todo lo que escuchan o ven. Comprendo su apego al lugar que habitan, el ancestral culto a la Pachamama, la tierra madre, la madre tierra. Parte de una lógica conexión entre el hombre y su entorno que se da en esta nación andina tan particular. El tráfico, caos sin bocinas. Sin insultos ni gritos entre conductores. Sin señalizaciones. Bolivia ofrece una realidad que ha marcado la ruta del voluntariado.
El voluntariado
El mayor regalo de la vida en este año. Nos hemos unido por amor y la vida nos ha regalado lo que necesitamos. Cada día conocer dos poblaciones donde la distancia son 30km. sobre el papel pero a horas de distancia. Venir a realizar un trabajo educativo y saber que es imposible llevarlo a cabo con satisfacción. Los recursos, el idioma, las posibilidades… participantes llenos de timidez, apenas escucho el tono de voz de algunos, tan cariñosos, tan deseosos de conocernos, de aprender…
Mis compañeros
¡Qué gran sorpresa! Cuatro personas unidas por la ilusión. Sin conocernos. Sin saber del otro. Nadie conoce a nadie. Hermanos desconocidos unidos por esta misión, aportar algo que pueda mejorar la calidad de vida en las poblaciones que visitamos. Nos hemos dado la oportunidad de ir juntos a los pueblos y realizar los talleres además de comer juntos, cine, partidos de fútbol, caminar, conocer nuevos lugares. Los nuevos lugares llevan al corazón. El corazón es el paisaje desconocido.
Hemos reído juntos, nos hemos apoyado. Nos hemos repartido las tareas de forma espontánea, sin hablar, desde las fortalezas de cada uno. Estamos juntos en esto. El único propósito, ser un equipo y sacar adelante el objetivo que nos une; los niños de Bolivia, los niños de una madre que es la nuestra. Compañeros de camino.
Y yo
Dejar ir. Soltar. Difícil cuando hay resistencia. Cuando lo que se debe soltar es lo mejor que te ha pasado y deseas que sea presente y futuro. Pero ya no lo es. Y no sabes cómo seguir, cuál es el siguiente paso.
Nostalgia. Del griego nostos algos, dolor por el pasado. Pero el voluntariado hace parte de la reconstrucción de tu vida, transformación. Nada empieza ni termina. Kilómetro cero.
Generar nuevos recuerdos, nuevos proyectos, nuevos amigos, conocer a nuevos hermanos para continuar. Todo está ahí y siempre estuvo
Y vuelta a empezar...